Un nuevo avance en el uso de inteligencia artificial (IA) está revolucionando la atención médica: sistemas especializados ya son capaces de detectar fracturas óseas con alta precisión y apoyar a los médicos en su tratamiento y reparación.
La tecnología, desarrollada por equipos de investigación en colaboración con hospitales, analiza radiografías y tomografías en segundos, identificando fisuras que a veces pasan desapercibidas al ojo humano, especialmente en zonas complejas como muñeca, tobillo o cadera.
Además del diagnóstico, algunos modelos de IA pueden sugerir el tipo de intervención, desde inmovilización hasta cirugía, y estimar el tiempo de recuperación. En hospitales piloto, estos sistemas han reducido tiempos de diagnóstico y mejorado la atención en urgencias.
Especialistas destacan que la IA no reemplaza al personal médico, pero sí se convierte en una herramienta clave para acelerar decisiones clínicas, mejorar la precisión y permitir tratamientos más oportunos.
El siguiente paso será integrar estas plataformas en más centros de salud y ampliar su capacidad para predecir complicaciones, como infecciones o riesgos de nueva fractura.