Ciudad de México, octubre de 2025. — Al cumplirse su primer año de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo delineó una de las estrategias más ambiciosas de su administración: profundizar la producción nacional en sectores tecnológicos clave —como semiconductores, vehículos eléctricos y energías limpias—, en coordinación con Estados Unidos y sus socios del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).
Durante su discurso en Palacio Nacional, Sheinbaum destacó que México “no sólo debe ser un país ensamblador, sino un protagonista en la producción de innovación”. Señaló que su gobierno trabaja en proyectos industriales estratégicos que buscan atraer inversión, fortalecer la cadena de suministro norteamericana y generar empleo especializado.
“El futuro de México está en la ciencia, la tecnología y la producción nacional. Apostamos a la soberanía tecnológica y a una integración justa con América del Norte”, afirmó la mandataria.
Una visión industrial de largo plazo
De acuerdo con fuentes de la Secretaría de Economía, los próximos anuncios incluirán inversiones conjuntas con empresas estadounidenses y asiáticas para establecer plantas de producción de semiconductores y sistemas de energía verde en estados como Nuevo León, Sonora y Querétaro.
Estas iniciativas se enmarcan en la llamada Política Nacional de Innovación Industrial, una hoja de ruta diseñada para convertir a México en hub de manufactura avanzada, especialmente tras las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
La estrategia también contempla capacitación técnica y estímulos fiscales para empresas mexicanas que participen en la cadena de valor de baterías eléctricas, software industrial y componentes electrónicos.
Fortalecer la relación con Estados Unidos
El gobierno mexicano busca aprovechar la oportunidad que brinda la relocalización (nearshoring), fenómeno que ha generado un repunte en la llegada de empresas estadounidenses que buscan operar más cerca de su mercado principal.
Fuentes diplomáticas citadas por KJZZ señalaron que la presidenta Sheinbaum ha mantenido un diálogo constante con el Departamento de Comercio de EE. UU. para alinear estándares tecnológicos, energéticos y ambientales, a fin de facilitar nuevas inversiones bajo el marco del T-MEC.
En paralelo, México y Estados Unidos discuten la creación de un corredor de innovación tecnológica en la frontera norte, que incluiría centros de investigación binacional y una plataforma de desarrollo de talento en ingeniería, robótica y software.
Retos internos: infraestructura y energía
A pesar del optimismo, especialistas advierten que el éxito de la estrategia dependerá de la capacidad de infraestructura energética y logística del país.
México enfrenta desafíos como la disponibilidad de energía limpia, la eficiencia del transporte ferroviario y la seguridad industrial, factores clave para atraer inversiones de alto valor.
“No basta con anunciar parques tecnológicos; se requiere asegurar electricidad estable, conectividad, talento y reglas claras”, señaló el economista Luis Miguel González, de El Economista, en entrevista reciente.
La administración federal ha respondido a estas preocupaciones con la expansión del Plan Sonora de Energías Renovables, que busca incrementar la capacidad de generación solar y eólica para abastecer a la industria tecnológica.
Impacto regional y global
Analistas consideran que esta nueva orientación económica puede redefinir el papel de México en el comercio internacional.
- Consolidaría su posición como principal socio comercial de Estados Unidos, superando a China en varios rubros de exportación.
- Incentivaría el desarrollo de centros tecnológicos regionales, especialmente en el norte y el Bajío.
- Podría generar más de 400 000 empleos indirectos en los próximos tres años, según estimaciones del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
