REDIBUJANDO LA REALIDAD DESDE LA ESENCIA MISMA


El universo manifiesta su impecable flujo de información, útil para nosotros, bajo las siguientes premisas:
- Las células no son tan solo la estructura mínima de la vida, éstas al tener vida, poseen memoria, inteligencia y conciencia.
- Las moléculas no son canicas que se unen al azar, existe vida inteligente y consciente dentro de ellas y así generan orden, estabilidad y evolución.
- Al interior del átomo existe un orden absoluto, y esta información emitida por el Cosmos y captada por unidades cuánticas, generan un trayecto perfecto que va desde el cuanto, al átomo, luego a la molécula, después a las células en su modo vibracional y finalmente a la conciencia de su vehículo, el ser humano.
Por otro lado, el Universo es un supra contexto: una gran vasija creada por energía electromagnética, cuando esta energía se contacta con los seres vivos, genera el bio-electromagnetismo o biomagnetismo.
Así, el biomagnetismo como una fuerza estable y creadora, contiene herramientas para expresar su orden. Algunas de estas han sido humanizadas y usadas para diversos fines. La oración es una herramienta biomagnética; y así, el reiki, la homeopatía, magnetoterapia, aromaterapia, etc. Incluso alguna tecnología de avanzada, que contactan el electromagnetismo con los seres vivos en lo más esencial de su estructura.
Hemos pasado más del tiempo necesario detenidos en las explicaciones de la vida desde el plano tangible: célula, molécula, átomo, y solamente lo que podemos captar con los 5 sentidos. Hemos dejado fuera lo más importante de la vida: el mundo vibracional, el mundo dentro del átomo, el mundo sutil de la energía cuántica. Este va más allá de los 5 sentidos, la razón y la lógica humana.
Pese a lo que pudiéramos pensar, el percibir y actuar cotidianamente en el mundo vibracional, no es complicado.
Algunos animales evolucionados, como los gatos, sin ir a talleres y congresos, lo hacen todos los días. Estos seres, cada día sensacionan el lugar exacto donde deben de hacer sus rituales de intercambio de energía con el Cosmos, es decir, en ese instante sabrán qué dejar y qué agregar a su estructura energética para lograr el equilibrio. Esto puede ser junto a una pared, en una barda o el techo de un auto etc. Parece absurdo, pero ellos no utilizan un lugar fijo para hacer sus rituales de limpieza de energía sobrante y la captación de energía nueva vitalizante. Los evolucionados gatos lo hacen a través de movimientos y posiciones corporales nuevas, similares al yoga y comienzan sus cantos mántricos, es decir, sus ronroneos también cada vez diferentes.
Un día me pregunté ¿quiénes serán más felices? ¿los gatos o sus dueños? Los dueños se afanan por saber dónde están sus gatos, darles comida y agua con vitaminas, si el pelo está largo o sucio; mientras ven el reloj para arreglarse, uniformarse y no llegar tarde a sus clases de yoga. Me respondí: pobres dueños de esos felices gatos.
Esto genera una enseñanza para nosotros los humanos, que nos afanamos por hacer protocolos estándares inamovibles y uniformarnos en lo aprendido, dentro de salones cerrados.
He visto en algunos países en los que trabajo, incluido nuestro México, a personas en pareja o solitarios, haciendo movimientos libres similares al tai chi en un lugar cualquiera dentro del parque sin instrucción alguna. Dejando pasar la información que surge desde el universo, llegando primero al cuanto, de ahí a la molécula, luego a la célula, y finalmente al ser humano y su conciencia.
Uno de mis maestros chinos, Chic Chui Tang, nos decía: “Aprendan la esencia del movimiento y un par de movimientos específicos, luego den rienda suelta a sus expresiones, el buen Tai chi, no necesita más que el espacio de una vaca echada en el suelo, y la capacidad de recibir sin cuestionar los mensajes que brotan de un universo ordenado y centrado en el amor,
Si intentamos algo así, manifestaremos la sabiduría universal divina y al hacerlo, no estaremos en el universo, porque sencillamente, seremos el Universo mismo.
Intentemos algo así. En 50 años de hacerlo, yo no me he quejado; en mí, siempre lo nuevo en el plano vibracional, ha sido lo mejor.
El cosmos es increíblemente dinámico y no permanece eternamente en la estaticidad, lo que es bueno para nosotros un día podría no serlo en los siguientes días.
Reflexiones de un viajero sobre el mundo sutil.
Antonio Salas Velasco.
