¡Perdimos la capacidad de espanto! 

¡Perdimos la capacidad de espanto

¡Perdimos la capacidad de espanto!

Aunque no lo queramos reconocer, así es, hemos perdido la capacidad de espanto y no, no me refiero a esos sustos de las películas de terror, me refiero al espanto que en su momento nos causaban las letras “subidas de tono” en las canciones de propuestas como la de Amandititita, quien fue de las primeras en hablar de manera frontal de temas como la metrosexualidad, el egocentrismo y hasta las estrellas de Televisa y sus desavenencias a través de su llamada anarcumbia.

Y, es que traigo el tema a la mesa (bueno a este espacio) porque recientemente nos encontramos en el aeropuerto a la hija del recordado músico Rockdrigo, quien, con justa razón, nos recriminó (de buena manera) que con ella nos espantamos y ahora con las nuevas canciones que exponen temas más controversiales y de manera más soez, nos vemos muy pasivos y hasta las consumimos sin inmutarnos.

¡Ah, pero conmigo bien que se espantaban!”, nos dijo a tono de broma.

Tengo que reconocer que así es, ahora ya nada espanta ni sorprende, estamos tan llenos de información, tan expuestos a cosas impensables hace años que todo ya lo vemos con naturalidad y no solo en la música, también en temas de política, sociales y hasta profesionales.

En su época, Amandititita espantaba y hasta fue censurada. Ahora, letras de canciones como las que interpreta Bad Bunny, Peso Pluma y otros más, se alaban y hacen sonar sin miedo, como si fueran himnos forzosos.

Cierto es que en gustos se rompen géneros, pero vaya que los gustos han cambiado, y no solo en el reguetón, también la música del regional mexicano ha sido criticada, tan solo recordemos que Julión Álvarez pagó caro el atreverse a decir que las mujeres deben barrer y limpiar. Sin duda, los tiempos han cambiado.

Lamentablemente nos hemos vuelto una sociedad conformista con lo que consumimos, no exigimos buena música, no exigimos espectáculos de calidad ni artistas que realmente lo sean.

Quizá es tiempo de replantear lo que como público aceptamos y pensemos si estamos dispuestos a pagar y consumir productos de entretenimiento sin exigir calidad.

Al menos Amandititita las rimaba bien y les ponía creatividad, eso digo yo.

Nos vemos la próxima semana

Jonathan Hernández
Periodista de espectáculos

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